Actualización terapéutica en esofagitis eosinofílica

Javier Molina-Infante,1, 2 Rodolfo Corti,3 Judith Doweck,3 Alfredo J Lucendo2, 4

1 Servicio de Aparato Digestivo, Hospital Universitario San Pedro de Alcántara. Cáceres, España.
2 Centro de Investigación Biomédica en Red Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD). Madrid, España.
3 Hospital de Gastroenterología Dr. Carlos Bonorino Udaondo. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
4 Hospital General de Tomelloso. Ciudad Real, España.

Acta Gastroenterol Latinoam 2018;48(3):242-252
Recibido: 19/06/2018 / Aprobado: 20/06/2018 / Publicado en www.actagastro.org el 17/09/2018

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Resumen

La esofagitis eosinofílica es una enfermedad crónica caracte­rizada clínicamente por síntomas de mal función esofágica e histológicamente por infiltración densa por leucocitos eo­sinófilos. Su etiología es inmunoalérgica y es desencadenada en la mayoría de los casos por una alergia alimentaria no IgE mediada. En la actualidad se trata de una enfermedad común en Europa, Estados Unidos y Australia, y emergente en América del Sur y Asia. Durante la última década se han producido mejoras sustanciales en el algoritmo terapéutico de la enfermedad, desde la inclusión de los inhibidores de la bomba de protones como fármaco antiinflamatorio, la apa­rición de nuevos corticoides tópicos diseñados específicamente para la enfermedad, la simplificación y optimización de las dietas de eliminación y la aceptación de la dilatación endos­cópica como un tratamiento coadyuvante altamente eficaz y seguro. Esta revisión trata de actualizar e imbricar, desde un punto de vista práctico, las principales opciones terapéuticas disponibles para esta nueva e intrigante enfermedad.

Palabras claves. Esofagitis eosinofílica, inhibidor de la bomba de protones, corticoides, dieta, dilatación.

Update on therapeutic strategies for eosinophilic esophagitis

Summary

Eosinophilic esophagitis (EoE) is a chronic disease clinica­lly characterized by esophageal dysfunction symptoms and histologically by dense eosinophil infiltration. Pathophy­siologically, it is considered a non IgE-mediated immuno-allergic disorder predominantly triggered by food antigens. Currently, it is a common disease in Europe, United Sta­tes and Australia, with emergent trends in Asia and South America. Over the past decade, notable improvements have been accomplished within the therapeutic algorithm for EoE, including the acceptance of proton pump inhibitor drugs as an anti-inflammatory therapeutic asset, the development of steroid therapy specifically designed for topical delivery, the simplification and optimization of elimination diet schemes, aside from the recognition of endoscopic dilation as a highly effective and safe coadyuvant therapy. This review aims to update and gather, from a practical standpoint, the main therapeutic strategies available for this novel and intriguing disease.

Key words. Eosinophilic esophagitis, proton pump inhibi­tor, topical corticosteroid, diet, dilation.

Abreviaturas
EoE: esofagitis eosinofílica.
EOS/CGA: eosinófilos por campo de gran aumento.
ERGE: enfermedad por reflujo gastroesofágico.
IBP: inhibidor de la bomba de protones.

La esofagitis eosinofílica (EoE) es una enfermedad inflamatoria del esófago de carácter crónico, caracteri­zada clínicamente por síntomas de disfunción esofágica, e histológicamente por inflamación esofágica en la que predominan los leucocitos eosinófilos, habitualmente más de 15 eosinófilos por campo de gran aumento (eos/ cga). Actualmente se la considera una forma distinta de alergia alimentaria, no IgE mediada, desencadenada pre­dominantemente pero no exclusivamente por antígenos alimentarios.1, 2 La incidencia y prevalencia (al ser una enfermedad crónica) de la enfermedad se han disparado desde la caracterización inicial de la EoE como un síndro­me clínico patológico propio distinto de la gastroenteritis eosinofílica, llevada a cabo a principios de los años 1990 por dos grupos independientes de investigadores en Es­tados Unidos y Suiza.3, 4 La EoE ha dejado de ser una enfermedad rara y afecta al menos a 1 de cada 1000-2000 habitantes en Europa y Norteamérica,5, 6 mientras que las cifras de incidencia en niños y adultos más recientemente comunicadas en España7, 8 (en el entorno de los 100 ca­sos por cada 100.000 habitantes) son preocupantemente cercanas a las conocidas para la enfermedad inflamato­ria intestinal, descrita hace casi un siglo. Como resultado de lo anteriormente mencionado, la EoE representa en la actualidad la segunda causa de esofagitis crónica tras la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y la principal causa de disfagia e impactación alimentaria en niños y adultos jóvenes. Se desconoce la causa por la que alimentos consumidos por el hombre desde el neolítico; como la leche, el trigo, los huevos y las legumbres, han comenzado, en los últimos 25 años, a provocar esta en­fermedad, aunque se sospecha que múltiples factores re­lacionados con el estilo de vida moderno (mejora de las condiciones higiénicas, cambios en el tipo de alimentos consumidos, modificación genética y contaminación con químicos y aditivos de los alimentos, cría de animales con hormonas y antibióticos, así como los cambios secunda­rios en la microbiota intestinal humana) pueden estar in­volucrados en la génesis de la enfermedad.9

Durante la última década, el volumen de evidencia científica disponible sobre los distintos aspectos epide­miológicos, fisiopatológicos, clínicos y terapéuticos de la EoE ha crecido de manera exponencial, y ha sido ac­tualizado secuencialmente en 4 documentos de consenso y guías de práctica clínica desarrollados por grupos de expertos.10-13 Sin embargo, el avance en el conocimiento posterior ha generado varios ensayos clínicos aleatoriza­dos y controlados, artículos originales novedosos y meta análisis con revisiones sistemáticas, ausentes en todas las guías previas, por lo que estas se encuentran actualmen­te obsoletas. Además, la calidad global de todas las guías previas es limitada, pues ninguna empleó métodos espe­cíficos para establecer la calidad de las pruebas o el peso de las afirmaciones y recomendaciones que proporciona­ban.14 Una nueva guía clínica desarrollada por un grupo internacional de expertos, utilizando el sistema GRADE para clasificar la evidencia y la fuerza de las recomenda­ciones, ha sido publicada en el año 2017 bajo el auspicio de la United European Gastroenterology.1 Las recomenda­ciones de la presente revisión narrativa, únicamente con­cernientes a los aspectos terapéuticos, están establecidas en las recomendaciones basadas en la evidencia de la guía clínica actualizada combinada con la visión personal de los autores.

  1. Historia natural de la EoE

La EoE es una enfermedad crónica, como atestigua­ron tres series iniciales publicadas antes de 2010, una en adultos15 y dos en niños,16, 17 con un seguimiento medio de 7 y 8 años. De manera consistente, los síntomas y la infiltración eosinofílica esofágica persistían a lo largo del tiempo sin tratamiento y recidivaban con frecuencia al suspenderlo.

La EoE es también una enfermedad progresiva, desde un fenotipo inflamatorio hacia otro fibroestenosante. En población adulta, la duración de la enfermedad no tratada constituye el principal factor de riesgo para la remodela­ción fibrosa esofágica y la formación de estenosis,18 cuya prevalencia aumenta del 47% al 88% cuando el retraso diagnóstico (y la ausencia de tratamiento aparejado) pasa de 2 a más de 20 años,19 y se duplica con cada aumento de 10 años en la edad del paciente al diagnóstico.20, 21 Re­cientemente, se ha demostrado que esta progresión feno­típica puede ocurrir incluso dentro de la edad pediátrica, cuando la distensibilidad esofágica (medida mediante el dispositivo esofágico FLIP) se ve progresivamente redu­cida en presencia de inflamación activa a medida que la edad de los niños va aumentado, hasta los 18 años.22

Por su carácter crónico y progresivo, la EoE impacta sobre la calidad de vida y el ajuste psicosocial de los niños afectados y de sus familias, dado que produce ansiedad y depresión, deterioro del sueño y problemas escolares.23 Entre los adultos, la EoE afecta el funcionamiento psi­cosocial, pero no el bienestar físico o el funcionamiento mental.24 Las impactaciones alimentarias de repetición, las limitaciones derivadas de restricciones dietéticas y la duración prolongada de los síntomas son los principales determinantes de calidad de vida en adultos.24 La calidad de vida empeora en todas las edades en los casos con sín­tomas esofágicos más pronunciados y enfermedad histo­lógica activa.23

  1. Objetivos terapéuticos

Los aspectos más importantes para tener en cuenta respecto de los objetivos terapéuticos de la EoE están re­sumidos en la Tabla 1. Al tratarse de una entidad clínica e histológica, los objetivos terapéuticos mínimos serán la resolución de los síntomas y de la inflamación eosinofílica esofágica, arbitrariamente definida por un umbral de cu­ración por debajo de 15 eos/cga, para prevenir la ulterior aparición de complicaciones fibroestenosantes y mejorar la calidad de vida de los pacientes. La correcta caracteri­zación de los síntomas en la EoE es una tarea difícil en la actualidad, por la mala capacidad de los niños para su correcta transmisión y por la capacidad de adaptación y normalización de la disfagia en adultos, con desarrollo de estrategias adaptativas tales como evitar comidas duras y secas, la masticación excesiva o ayudarse recurrentemente con agua en las comidas. Este hecho fue recientemente constatado en un estudio prospectivo multicéntrico lleva­do a cabo en 269 pacientes adultos, donde se pudo com­probar la escasa utilidad de los síntomas para predecir la actividad endoscópica e histológica de la EoE (área bajo la curva ROC 0,6).25 Por tanto, un aspecto importante a tener en cuenta es que no parece lógico tratar la EoE a demanda de los síntomas, como se hace en otras enferme­dades esofágicas (por ejemplo, la ERGE) o alérgicas (por ejemplo, el asma) y siempre se debe correlacionar la res­puesta sintomática con la respuesta histológica (mediante biopsias) a las 6-12 semanas de la instauración de cual­quier intervención terapéutica. En este sentido, se han se­ñalado recientemente un número relevante de similitudes entre la EoE y la enfermedad de Crohn en cuanto a su historia natural y sus objetivos terapéuticos.26 Ambas son entidades clínico-patológicas, crónicas y en muchos casos progresivas, donde los síntomas se correlacionan mal con la actividad biológica y donde el objetivo ideal deseado sería la remisión completa de los síntomas y de la infla­mación. Desafortunadamente, no existen en la actualidad marcadores no invasivos de actividad de la EoE, como la calprotectina fecal o la enteroresonancia magnética nu­clear en la enfermedad de Crohn. El desarrollo del String Test27 y de la citoesponja28 son las primeras exploraciones mínimamente invasivas evaluadas con éxito para la EoE.

Tabla 1. Aspectos claves en los objetivos terapéuticos en la EoE

  1. Tratamiento de la enfermedad

Se han alcanzado múltiples avances terapéuticos a lo largo de la última década en el tratamiento farmacológico y dietético de los pacientes con EoE. El más destacado ha sido la aceptación de que los pacientes con datos clí­nicos, endoscópicos e histológicos que responden a IBP constituyen un sub-fenotipo de pacientes con EoE,1, 29 a diferencia de lo que afirmaban todas las guías clínicas pre­vias,10-13 en las que la respuesta a IBP descartaba la existen­cia de EoE. Múltiples estudios recientes han demostrado que la expresión genotípica y molecular de los pacientes con EoE es similar, independientemente de la respuesta o ausencia de respuesta a IBP.1, 29, 30 Igualmente, se ha podi­do confirmar que los IBP condicionan los mismos efectos antiinflamatorios a nivel molecular que los corticoides deglutidos tópicos.1, 29 Como veremos más abajo, la op­timización de las formulaciones tópicas de corticoides, la simplificación de los esquemas de restricción dietética y la constatación de la seguridad de la dilatación endoscópica han sido otros hitos destacables en el ámbito terapéutico.

Un concepto clave en el tratamiento EoE es que se debe instaurar siempre un tratamiento antiinflamatorio como tratamiento de inducción, y probablemente de mantenimiento, dado que al interrumpir el tratamiento farmacológico los síntomas y la eosinofilia esofágica re­curren típicamente tras un período de 3 a 6 meses.1 La estrategia terapéutica a largo plazo para los tratamientos farmacológicos, por tanto, consistirá en emplear dosis mí­nimas eficaces para mantener la remisión, mientras que en el tratamiento dietético es evitar a largo plazo exclusiva­mente los alimentos que se han demostrado causantes de la enfermedad, tras su reintroducción individual.1 Cual­quier tratamiento antiinflamatorio eficaz (IBP, corticoi­des tópicos, dieta) debe asociarse a dilatación endoscópica si existe disfagia persistente o alteraciones del calibre eso­fágico.1 Las herramientas terapéuticas antiinflamatorias pueden ser intercambiables a lo largo del tiempo, depen­diendo del deseo de cambio del paciente, de la aparición de efectos secundarios o de la pérdida de respuesta.26 Dos series recientes prospectivas de pacientes han demostrado que los pacientes respondedores a corticoides o dieta de eliminación responden también a tratamiento con IBP, y viceversa.31, 32 Por tanto, la elección de un tratamiento ini­cial no impide que el paciente pueda ser transferido a otro tratamiento antiinflamatorio a lo largo de la evolución de la enfermedad. En la Figura 1 se sugiere un algoritmo terapéutico actualizado para el tratamiento de inducción y mantenimiento de la EoE.

3.1. Inhibidores de la bomba de protones (IBP)
Entre los fármacos con capacidad antiinflamatoria útiles en la EoE, diversos estudios prospectivos han de­mostrado que el tratamiento con IBP es capaz de inducir la remisión histológica de la enfermedad (definida como una reducción del infiltrado eosinofílico por debajo de los 15 eos/cga) entre el 47% y el 57% de los pacientes adultos y pediátricos.33, 34 Una reciente revisión sistemáti­ca con meta análisis, que incluyó 33 estudios con 619 pa­cientes con EoE, demostró que los IBP inducían la remi­sión histológica en el 50,5% (IC95%: 42,2-58,7%) y la mejoría sintomática en el 60,8% (IC95%: 48,4-72,2%) de los pacientes tratados, sin documentar diferencias sig­nificativas respecto de la edad de los pacientes, el diseño del estudio o el tipo de IBP evaluado.35 Sin embargo, sí se observó una tendencia hacia una mayor eficacia cuando se repartió la dosis total en dos tomas al día, y entre los pacientes con un reflujo gastroesofágico patológico en la pHmetría.35 Las dosis recomendadas de IBP en adultos son omeprazol 20-40 mg dos veces al día o equivalente; en niños, 1-2 mg/kg de omeprazol o equivalente (Tabla 2). Respecto del tratamiento a largo plazo, dos series pros­pectivas en adultos36, 37 y una más reciente en pacientes pediátricos38 han evidenciado que el 75%-80% de los pa­cientes pueden conservar la respuesta clínica e histológica a lo largo del tiempo con dosis bajas de mantenimiento (Tabla 2). Entre los pacientes en los que recidiva la in­flamación tras la reducción de dosis de IBP, la mayoría (70%) pueden recuperar la remisión con el re-incremento de dosis de IBP.36 No existen datos publicados sobre pro­blemas de seguridad de los IBP en pacientes con EoE.

Tabla 2. Dosis recomendadas para la inducción y el manteni­miento de la enfermedad con IBP y corticoides tópicos deglutidos.

3.2. Corticoides tópicos
Aunque todavía no existe ninguna formulación espe­cífica comercializada para tratar la EoE, se han realizado múltiples ensayos aleatorizados en niños y adultos con corticoides tópicos, resumidos en varias revisiones siste­máticas y metaanálisis.39-41 Estos estudios han confirma­do la elevada eficacia de estos fármacos para inducir la remisión histológica en la EoE. Sin embargo, la inter­pretación comparativa de los resultados es compleja por la variabilidad en los criterios de inclusión, los fármacos utilizados (fluticasona o budesonida), las dosis diarias, la duración del tratamiento (de 2 a 12 semanas), los modos de aplicación del fármaco (inhaladores con polvo seco, suspensiones de viscosidad variable, o comprimidos efer­vescentes buco dispersables), y los criterios para definir remisión histológica (de < 1 a < 20 eos/cga). Sin embar­go, parece claro que el sistema de liberación del fármaco a lo largo del esófago resulta esencial para alcanzar una adecuada y mantenida cobertura de la mucosa del ór­gano, evitando el depósito del corticoide en otros teji­dos. Un ensayo clínico que comparó la eficacia de 1 mg de budesonida administrado dos veces como solución viscosa frente a aerosol demostró una tasa de remisión histológica completa significativamente mayor en el pri­mer grupo (64% vs. 27%).42 El tiempo de contacto del fármaco con la mucosa medido mediante escintigrafía fue significativamente más prolongado en los pacientes tratados con budesonida viscosa, y especialmente en el esófago distal.42 Por tanto, se deben evitar los aerosoles y se debe usar preferiblemente la vía oral deglutida. Una nueva fórmula de budesonida en investigación, admi­nistrada en comprimidos efervescentes oro-dispersables específicamente diseñados para la liberación del fármaco en el esófago, ha demostrado capacidad para inducir re­misión histológica universal en toda la longitud del esó­fago tras solo 2 semanas de tratamiento.43

A diferencia de la remisión histológica, los datos sobre la eficacia de los corticoides tópicos en la resolución de los síntomas son menos sólidos, sin que varios ensayos pu­dieran demostrar ventajas significativas frente al placebo.

Figura 1. Algoritmo terapéutico actualizado para el tratamiento de inducción y mantenimiento de la EoE.

El uso de escalas no validadas para evaluar los síntomas, la inclusión de pacientes con enfermedad más grave o no considerar las adaptaciones en el comportamiento ali­mentario de los pacientes para minimizar la disfagia son posibles explicaciones que están siendo solventadas en estudios más recientes.44 Respecto de la remisión a largo plazo, la pérdida de respuesta es frecuente con la disminu­ción de dosis (30%-70%)45-47 o el tratamiento con bude­sonida a días alternos (90%),48 mientras que dos estudios recientes con propionato de fluticasona han conseguido demostrar una alta eficacia mantenida (superior al 70%) cuando se administraba fluticasona a la misma dosis o la mitad de dosis de la que consiguiera la inducción previa­mente.49, 50 Las dosis sugeridas de corticoides tópicos para la inducción y mantenimiento se encuentran resumidas en la Tabla 2.

Los corticoides tópicos deglutidos para el tratamiento de la EoE parecen mostrar un perfil de seguridad favora­ble, sin efectos adversos graves a corto plazo, y similar al documentado en los pacientes tratados con placebo, se­gún los datos obtenidos de los ensayos clínicos realizados hasta la fecha. La candidiasis esofágica es el efecto adverso más frecuente (5-10%), siendo en la mayoría de los ca­sos asintomática y encontrada incidentalmente durante la valoración endoscópica tras el tratamiento. Las fórmulas viscosas buco dispersables o en aerosol no han mostrado diferencias en la frecuencia de candidiasis asociada. Pe­queñas series recientes de pacientes pediátricos tratados de manera prolongada con corticoides tópicos han gene­rado cierta incertidumbre respecto de la potencial supre­sión del eje hipófiso-suprarrenal,51 que no ha sido con­firmado en otras series52, 53 ni en ensayos clínicos frente a placebo.43, 44 En todo caso, la reducción de los niveles de cortisol plasmático ha sido el único efecto documentado, sin signos clínicos de insuficiencia suprarrenal o impacto sobre el crecimiento tras 5 años de tratamiento.50 Hasta que se disponga de datos sólidos de ensayos clínicos a lar­go plazo, podría aconsejarse la monitorización de cortisol sérico en los niños con EoE que están recibiendo dosis al­tas de corticoides tópicos deglutidos por largos períodos, o en caso de uso concomitante con corticoides inhalados/ nasales para otras alergias asociadas.1, 53

3.3. Dietas de eliminación empíricas
El gran atractivo del tratamiento dietético para la EoE procede de la posibilidad de mantener la remisión a largo plazo sin necesidad de fármacos en una enfermedad cró­nica que afecta a niños y jóvenes, con la ventaja de un me­nor coste para los sistemas sanitarios. En las dos décadas de historia de la EoE se han evaluado varias intervencio­nes dietéticas, que comprenden la alimentación exclusiva mediante una fórmula elemental (eficaz pero inviable a largo plazo), la eliminación dirigida de alimentos en fun­ción de los resultados de las pruebas de alergia (ineficaz en adultos y con resultados contradictorios en niños), y la eliminación empírica de los alimentos más probable­mente causantes de EoE, que es el estándar actual en la práctica clínica. En la Tabla 3 se encuentran resumidas una serie de recomendaciones prácticas clave al considerar el tratamiento dietético para un paciente con EoE.54

Tabla 3. Recomendaciones prácticas para la realización de dietas de eliminación empíricas

La dieta elemental (consistente en evitar cualquier alimento sólido y sustituirlo por formulaciones de ami­noácidos desprovistas de capacidad antigénica) es la inter­vención dietética más eficaz para la EoE, capaz de inducir remisión histológica en el 90,8% (IC95%: 84,7-95,5%) de los pacientes pediátricos y adultos.55 Sin embargo, su mal sabor, que requiere el uso frecuente de sonda naso­gástrica, la escasa adhesión al tratamiento, sus efectos psi­cológicos y sociales al evitar todo consumo de alimentos convencionales, y su alto coste, no cubierto en muchos casos por los sistemas sanitarios, limitan de manera evi­dente su implementación.

La eliminación de alimentos basada en los resultados de las pruebas de alergia alimentaria de prick cutáneos o con parches epicutáneos fue evaluada por vez primera en 2002, en una serie pediátrica, en la que tras excluir una media de cinco alimentos se logró la remisión his­tológica documentada mediante endoscopía en el 49% de los pacientes.56 Sin embargo, la identificación de los alimentos específicos causantes de la enfermedad, entre los pacientes respondedores, se basó exclusivamente en la recurrencia de los síntomas, evaluada por los padres tras la reintroducción individual de alimentos, sin reali­zación de biopsias esofágicas. Una década más tarde, el mismo grupo de investigación actualizó sus resultados a eficiencia global del 53%.57 Sin embargo, diversos estu­dios han mostrado peores resultados con esta estrategia en niños.55 Un metaanálisis reveló que la eficacia global de la dieta de eliminación dirigida por pruebas cutáneas para logar remisión histológica era del 45,5% (IC95%: 35,4-55,7%), con una gran heterogeneidad (I2: 75%), indicativa de una baja reproducibilidad.55 Los resulta­dos de esta estrategia en adultos fueron inferiores en este meta análisis (32%)55 y, a diferencia de la bibliografía en niños, todos los estudios son concordantes. En adultos, un primer estudio demostró una baja eficacia, inferior al 25%, combinando pruebas cutáneas y epicutáneas,58 mientras que un segundo estudio guiando la dieta me­diante microarrays de IgE a partir de muestras de sangre tuvo que interrumpirse precozmente por una eficacia mínima del 7%.59 Finalmente, un excelente estudio aus­traliano reciente consiguió demostrar una escasa capacidad predictiva de una combinación de los resultados de las pruebas de alergia en piel y de análisis de sangre con mediciones de reacciones inmediatas o tardías en respon­dedores a dieta empírica de 6 alimentos.60 Por todas estas razones, la Academia Europea de Alergia e Inmunolo­gía Clínica (EAACI) ha recomendado no realizar estas pruebas cutáneas o en sangre para tratar de identificar los alimentos responsables de la EoE, porque su precisión diagnóstica es insuficiente para diseñar dietas eficaces.2 Recientemente se ha desarrollado un prick test esofági­co mediante la inyección en la mucosa esofágica directa de los alérgenos.60 En un total de 8 pacientes adultos, 5 mostraron reacción local inmediata o difusa en forma de habón tras la inyección de soja (n=2), plátano, manzana, avena y avellana. Esta reacción fue siempre transitoria. Sin embargo, ningún paciente reaccionó con la inyec­ción de leche, trigo y huevos (los alimentos que más fre­cuentemente provocan la enfermedad) y no se demostró la curación de la enfermedad mediante la retirada exclu­siva de estos alimentos.61

Debido a la inviabilidad de la dieta elemental en la práctica clínica y a la baja sensibilidad y especificidad de las pruebas de alergia para identificar los alimentos cau­santes de EoE, en 2006 se probó la eficacia de una dieta de eliminación empírica de 6 alimentos (consistente en suprimir de la dieta los seis alimentos más comúnmente asociados con alergia en la población pediátrica de Chi­cago: proteína de leche de vaca, trigo, huevo, soja, frutos secos, y pescados y mariscos). Este estudio demostró una remisión histológica de la enfermedad en el 74% de los niños tratados.62 Resultados similares han sido obtenidos en pacientes de todas las edades, y resumidos en un meta análisis de siete estudios observacionales que proporcionó una eficacia homogénea (I2 =0%) del 72% (IC95%: 66- 78%) en niños y adultos.55 La reintroducción secuencial de cada uno de los alimentos excluidos bajo control en­doscópico e histológico permite identificar con certeza a los alimentos responsables de la EoE en cada paciente.63-65 Sin embargo, el alto grado de restricción dietética y el gran número de endoscopías necesarias para completar este proceso, unido al hecho de que la mayoría de los pa­cientes que responden tendrán únicamente 1 ó 2 alimen­tos causantes de su EoE ha llevado a esquemas más senci­llos, como la dieta de eliminación de 4 alimentos (leche, trigo, huevo y leguminosas/soja) con una eficacia global para lograr la remisión histológica de la EoE del 54% en adultos66 y del 64% en niños.67 Más recientemente un es­tudio multicéntrico prospectivo ha evaluado sobre 120 pacientes de todas las edades la eficacia de una dieta de eliminación de 2 alimentos (leche y cereales con gluten), seguida por una de 4 alimentos en los casos sin resolución histológica, y reservando la dieta de 6 alimentos como última opción de rescate.68 Este acercamiento terapéuti­co escalonado (2-4-6) logró tasas de remisión clínica e histológica del 43%, 60% y 79% respectivamente, redu­ciendo además en un 20% el número de endoscopías y el tiempo de proceso diagnóstico, respecto de comenzar con una dieta de 6 alimentos.68 Una ventaja adicional es que el 90% de los respondedores a una dieta empírica de eliminación de 2 ó 4 alimentos tendrán únicamente uno o dos alimentos causantes.68 Una vez identificados los alimentos responsables de la EoE en cada paciente mediante su reintroducción individual seguida de endos­copía, la evitación a largo plazo mantiene la remisión de la enfermedad. Dos estudios en adultos63, 64 y uno más en pacientes pediátricos62 han confirmado el mantenimiento inicial de la remisión histológica durante al menos 3-4 años sin necesidad de fármacos.

3.4. Dilatación endoscópica
La dilatación con balones, bujías o dilatadores rígidos es el único tratamiento endoscópico disponible para la EoE. Su eficacia ha sido plasmada en un reciente meta-análisis de 27 estudios observacionales sobre un total de 845 pacientes y 1820 dilataciones esofágicas.69 Se docu­mentó una mejoría sintomática en el 95% de los pacien­tes (IC95%: 90-98%), con una duración del efecto de ali­vio sintomático muy variable. Las complicaciones fueron infrecuentes, incluyendo perforación (0,38%), hemorra­gia (0,05%) y hospitalización (0,67%), sin mortalidad.69 En la Tabla 4 aparecen glosados consejos prácticos para optimizar la indicación, la técnica y la seguridad del pro­cedimiento endoscópico.70, 71

La dilatación esofágica no controla la inflamación crónica que contribuye al remodelado esofágico, por lo que no debería emplearse de manera aislada sin un tra­tamiento antiinflamatorio (IBP, corticoides tópicos o dieta) eficaz concomitante. De hecho, estudios recientes han confirmado la existencia de pacientes con estenosis complejas resueltas con tratamiento médico.72, 73 De igual manera, la reducción de la distensibilidad esofágica y no necesariamente las alteraciones en el calibre del órgano parecen claves para la aparición de disfagia e impactación alimentaria.74 En línea con lo expresado recientemente, se ha demostrado una mejoría de la distensibilidad con tratamiento farmacológico o dietético sin dilatación,75, 76 así que el tratamiento médico o dietético puede revertir parcial o totalmente la remodelación fibrosa.

Tabla 4. Recomendaciones prácticas para la realización de di­latación endoscópica.

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